اميدوارم سفر خوبي داشته باشم زيرا إز صميمم قلبم و با احترام به ديگران سفر خواهم كرد و اين باعث خواهد شد كه تمامي درها به روي من باز شوند

sábado, 1 de agosto de 2015

Ascenso a Takht-e Soleyman


Hola amigos,

Como estaba previsto, nos levantamos a las 4 de la mañana y, después de desayunar y preparar nuestras cosas, salimos hacia la cumbre del Takht-e Soleyman a las 05:00h. Como ya adelantaba ayer, en esta ocasión nos acompaña Edwin.

Desde el refugio, compartimos camino durante unos kilómetros con un grupo iraní, compuesto por cinco personas, que pretende escalar el Alam Kuh. Comienza a amanecer cuando nos separamos, después de hacernos unas fotografías.

Zaker trata de explicar la ruta a seguir, detallando todo tipo de nombres, pero al desconocer completamente el lugar, sus explicaciones no me permiten saber el trazado a seguir. Ante mis ojos un mundo de piedras, de piedra suelta en muchos casos y fuertes pendientes. Yo tengo en la cabeza la idea de que superar 1000 metros de desnivel entre el refugio y la cima tampoco sería para tanto, pero pronto me doy cuenta de la realidad, de la dificultad de lo que tengo enfrente. Un enorme pedregal, en el que conviven la dificultad con el peligro.



Con mucho esfuerzo y también cuidado, conseguimos alcanzar la cumbre sobre 13:45h. Estamos casi una hora arriba, descansando, comiendo y haciendo fotografías. Solos nosotros tres: Zaker, Edwin y yo.

Emprendemos el camino de regreso. Si la subida ha sido una matada, el descenso no ha sido menor. Las fuertes pendientes, en un mar de piedras y una atención constante por el peligro de caídas, han sido la tónica en toda la bajada.

El padre de Edwin nos estaba esperando en el refugio de Sharchal, con la luz de su frontal encendida, para darnos la bienvenida. Son las 21:00h, ya noche cerrada, cuando Nematian nos recibe. A mí lo hace con un congratulations y un abrazo. Después nos invita a Zaker y a mí a tomar un té, sin más demora, en el lugar del refugio donde están alojados padre e hijo. Sin cambiarnos ni asearnos nos acercamos a cumplir con la invitación, que amablemente nos han hecho. Es admirable el cariño con el que se saluda la gente. Incluso lo hacen también conmigo. Mientras tomamos el té me miran las heridas que tengo en la pierna izquierda debidas a una caída. No tienen gravedad pero hay que curarlas. Estamos muy cansados, por lo que apuramos el té y nos vamos a nuestro alojamiento para dormir.

¿Que más puedo decir del Takht-e Soleyman? Se trata de la cuarta montaña mas alta de Irán, con sus 4659 m. Cómo veis, hemos empleado 15 horas en la travesía, para ascender apenas 1000 m. Este dato, de por si, da una idea de su dureza. Han sido varias las personas que me advirtieron de la dificultad de esta montaña. He tenido que subir a su cima para comprobar que estaban en lo cierto.

Ninguna señal de mal de altura por mi parte...

Un abrazo



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