اميدوارم سفر خوبي داشته باشم زيرا إز صميمم قلبم و با احترام به ديگران سفر خواهم كرد و اين باعث خواهد شد كه تمامي درها به روي من باز شوند

jueves, 6 de agosto de 2015

Cumbre Damavand


Hola amigos,

Otra noche sin apenas conciliar el sueño. El frío, que se podía sentir incluso dentro del saco y la inquietud, han sido las culpables.

Nos levantamos a las 2,30h de la madrugada, para vestirnos adecuadamente, preparar las cosas a llevar y también el desayuno. Os puedo asegurar que todo está como una piedra de duro por el frío. Hace -12 grados centígrados, con viento del Oeste de entre 10-15 km/h calculo yo. La noche estrellada y preciosa. Son las 3,30 horas. Allá vamos...

Joshein marca el camino, yo detrás y Alí cerrando el grupo, posiciones éstas que hemos
mantenido en todo momento. Avanzamos lentamente. Lo adecuado y normal a la altura que nos movemos. Varios grupos han salido antes que nosotros y podemos ir viendo sus frontales serpenteando montaña arriba. El frío es intenso, acrecentado por el viento, aunque a medida que ascendemos sube la temperatura, pero arrecia el aire.

Poco a poco vamos ganando altura. Así hasta los 4700 m, en los que podemos apreciar perfectamente una llamarada inmensa de luces hacía el Suroeste. Es la ciudad de Teherán, situada a unos 70 km del lugar en el que nos encontramos. También podemos ver otras ciudades menores. La vista es mágica, fantástica. La noche estrellada, el silencio y las proporciones gigantescas hacen que te sientas como un astronauta suspendido en el cielo. Cuesta retomar el camino con un espectáculo así, pero debemos proseguir.

Subimos a buen ritmo, pasando a numerosos grupos. Algunas personas ya presentan signos de agotamiento. Al pasar junto a otros montañeros iranís todos se saludan diciéndose "Masha Allah, Masha Allah...", que es una expresión de animo. Nosotros también lo decimos, yo incluido, expresión que he incorporado a mi vocabulario farsi.

Amanece! Da gloria ver como el sol se adueña poco a poco de todo. Es un espectáculo grandioso ver amanecer desde aquí arriba, desde la inmensidad, porque ésta solo se aprecia desde arriba, nunca desde abajo. El sol da vida y supone energía, especialmente para los que estamos metidos en estas tareas.



Vamos ganando altura. A partir de 5000 metros, cada metro que subimos se traduce en plomo para nuestras botas. El esfuerzo es mayor y requiere concentración y burlar el sufrimiento poniendo la cabeza en otro lugar. Pienso en la primera vez que me hablaron de las montañas de Irán, y de este país. Fue en el 2008, tras mí regreso de Aconcagua, y lo hizo mí amigo y entonces también compañero Jon Aurtenetxe. Ya entonces me fascino la idea de venir a Irán y guardé la idea y sus palabras como un objetivo para el futuro, como un sueño a cumplir...

Y hablando de sueños, me viene a la cabeza la esplendida poesía de Edgar Allan Poe "A dream within a dream / Un sueño dentro de un sueño", que repito en mi pensamiento 
varias veces mientras ascendemos, a modo de distracción. La incorporo a este relato para el que no la conozca.

¡Recibe en la frente este beso!
Y, por librarme de un peso
antes de partir, confieso
que acertaste si creías
que han sido un sueño mis días; 
¿Pero es acaso menos grave 
que la esperanza se acabe 
de noche o a pleno sol, 
con o sin una visión? 
Hasta nuestro último empeño 
es sólo un sueño dentro de un sueño. 
Frente a la mar rugiente 
que castiga esta rompiente 
tengo en la palma apretada 
granos de arena dorada. 
¡Son pocos! Y en un momento 
se me escurren y yo siento 
surgir en mí este lamento: 
¡Oh Dios! ¿Por qué no puedo 
retenerlos en mis dedos? 
¡Oh Dios! ¡Si yo pudiera 
salvar uno de la marea! 
¿Hasta nuestro último empeño 
es sólo un sueño dentro de un sueño?

5200, 5300, 5400 metros..., las laderas del Damavand se vuelven más verticales. Se puede apreciar la cumbre, aunque esto, no sé yo si es bueno o malo, porque al verla, se hace interminable la llegada. Pongo música para tratar de olvidarme de la cumbre, paliar el esfuerzo y poner mi cabeza en otro lugar. Suena mi admirada Vanessa Martin. Controlo la respiración. Me siento bien, con fuerza suficiente, y a pesar de no haber llegado arriba, estoy seguro de que ésta vez lo voy a lograr. Estamos a 5600 metros. 

Apenas un esfuerzo más... Con paso lento y decidido avanzamos hacia la cumbre, que podemos casi tocar. A cada paso me siento más emocionado. Como en otras ocasiones similares que he vivido, siento que el cansancio y esfuerzo acumulado desaparecen como por arte de magia. Ya no hay plomo en mis botas y puedo abrir mis alas...

¡Por fin! La cumbre del Damavand. 5671 metros.
6 de Agosto de 2015 10:00h
Objetivo cumplido. Sueño cumplido.



Nos abrazamos los tres, emocionados, liberando alguna lágrima, felicitándonos por haber conseguido llegar hasta aquí. Después, nos hacemos las fotografías de rigor que inmortalizarán nuestro paso por esta montaña, por este volcán. Pongo en mi reproductor de música la "Marcha Radetzky" que, como he dicho en muchas ocasiones, para mí simboliza el éxito, la expresión del triunfo. En silencio, comparto esta canción con Hosein, con un auricular cada uno.

Jon, Joshein
Quiero mencionar a Shayan, Alireza, Arash y Parsa. Que sepáis que vosotros también estáis en la cumbre del Damavand amigos. También tengo un recuerdo para Fidel Garay, un gran luchador por la vida, digno de mi admiración. 


Para Juanito Oiarzabal, que ya me ha llegado la noticia de que no ha podido ser en el Broad Peak, pero para mí siempre serás el más grande, aunque ya solo puedas subir al primer piso de tu casa :-)   A nuestro vuelta haremos una comida en la bodega de Luis R. ¡Le vamos a dejar sin existencias!


Estando aquí arriba también tengo un recuerdo para todas las personas que me han ayudado, mi familia, mis amigos, en definitiva todas aquellas personas que me quieren.

A mis hijos les dejo aquí una reflexión de Confucio: "...Para recorrer mil pasos necesariamente ha de darse el primero de ellos..."

Estando aquí arriba no puedo dejar de mencionar a los alpinistas vascos, alpinistas que están por todo el mundo escalando montañas, en primera linea, haciendo lo que más les gusta y llevando la cultura vasca como estandarte. Me siento parte de este colectivo en todos los sentidos, aunque sea de una forma humilde. Es digno de admiración el significado que tiene el montañismo para los vascos. Forma parte de nuestra cultura y está en nuestro ADN, sin duda alguna...

Cierro el capítulo de recuerdos :-)  pidiéndole a mí amigo Jose Cruz Guinea, del restaurante Bideko, que ponga a enfriar la botella de champán, que voy con mucha sed...jajaja


Fumarolas
Permanecemos aproximadamente media hora en la cima. La temperatura es buena e invita a quedarse. Entre los que aquí estamos se respira alegría y euforia, pero pronto esto va a cambiar, para salir de la cumbre corriendo. El viento a rolado al Este y en un instante, todo se ha cubierto de nubes con azufre en suspensión. A ráfagas no se veía absolutamente nada. Yo lo he vivido como un momento de apuro, porque no se podía respirar, tragando bastante azufre. Ha sido todo muy rápido. Son muchas las fumarolas que hay alrededor de la cumbre, alguna de dimensiones considerables y en mayor o menor medida, todas tienen actividad.

El descenso largo y duro, por el cansancio acumulado y por la pendiente de las laderas del Damavand, con firme de piedra suelta, lo que obliga a una atención constate. La sobrecargada en las rodillas es importante. En el descenso nos cruzamos con numerosos grupos que suben a la cumbre o que están aclimatando para hacerlo en los próximos días. Ahora, en el descenso es más fácil comprobar la falta de preparación, en todos los aspectos, de algunos de los que suben. Se puede apreciar perfectamente, y también el sufrimiento que eso conlleva.

Nosotros, con el trabajo hecho y gracias a Dios, llegamos al refugio sobre las 14,30h. sin incidencia alguna. Aquí nos recuperamos con unas lentejas y sopa calientes, en compañía de dos chicos de París. Uno de ellos habla bastante español por haber hecho el Camino de Santiago y estar otras veces en España, con el que puedo hablar un largo rato.

Por fin, sobre las 16,20h llegamos a nuestra tienda muy cansados, con un olor a azufre en toda la ropa que no se va de ningún modo. De esta forma tan aseada nos metemos en nuestros sacos a dormir un poco hasta la hora de la cena.

En la cena una vez más comida deshidratada, pero no está tal mal o quizá ya me he acostumbrado :-)   La de ésta noche ha consistido en sopa de pasta, un preparado a base de aceitunas que no sabría explicar, fruta en lata y de postre una bolsa grande de extraordinarias pipas negras iranís, mientras oímos música y vídeos persas; y míos, que también he traído muchísimas canciones. En la música creo haber descubierto varios puntos de similitud entre el pueblo vasco y el iraní. A ambos nos gusta la música y cantar. He visto vídeos iranís de canciones cantadas a capela que son similares a las nuestras. El tipo de música de los bertsolaris tiene su equivalente en Irán y curiosamente también es muy similar el tipo de música que hacen nuestros cantautores, aunque la persa tiene algo más de ritmo. Este último tipo de música es muy popular en Irán.

Bueno, ahora a dormir, estoy completamente agotado..., pero feliz por haber cumplido un sueño.

Un abrazo


5 comentarios:

  1. ¡Y lo conseguiste! ZORIONAK.
    Iñigo

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  2. Enhorabuena, Grande!! Ya hablarás farsi. Emilio

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  3. Enhorabuena, grande Jon! Ya charlaremos un abrazo. Emilio

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  4. Enhorabuena compañero, estaba seguro que conseguirías esa cumbre, ha sido un placer conocerte en el Damavand y poder compartir algunos momentos contigo. Un abrazo desde Barcelona

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  5. Un fuerte abrazo desde Catalunya, Jon!. Estoy disfrutando con tu blog!

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