اميدوارم سفر خوبي داشته باشم زيرا إز صميمم قلبم و با احترام به ديگران سفر خواهم كرد و اين باعث خواهد شد كه تمامي درها به روي من باز شوند

jueves, 20 de agosto de 2015

Estancia en Isfahán (3)


Hola amigos,

Es casi mediodía cuando dejo el hotel y me pongo en marcha. Como veis, lo que es prisa-prisa no me doy ninguna  :-)


De camino a la plaza Meydan-e Naghsh-e Jahan, me adentro en el bazaar Honar, una galería dedicada por entero a la joyería, en la que podemos encontrar más de 70 comercios. Todo el bazaar está sumamente cuidado, con tiendas donde es posible comprar cualquier objeto en oro, plata y brillantes que se pueda imaginar, además de piezas de relojería. Pasear por este bazaar me ha servido para comprobar que tengo buen gusto, pero no el dinero suficiente. Un ejemplo: Me he fijado en un pequeño reloj de oro, de señora, super bonito... He entrado en la tienda con la curiosidad de saber lo que costaba y, no diré el precio, pero era... ¡la pieza más cara que tenían expuesta! La verdad es que como hombre pudiente, como rico, creo que no haría un mal papel ;-)


Sobre las 13:30h intento visitar la mezquita Masjed-e Sheikh Lotfollah, situada en la misma plaza Meydan-e Naghsh-e Jahan, frente al palacio Alí Kapu, pero no he podido hacerlo por estar cerrada a las visitas en ese momento. Como alternativa, me encamino hacia la mezquita Masjed-e Enam, situada a escasos cien metros. La entrada supone un desembolso de 150000 riales. Su construcción data del siglo XVII y la impulso el monarca Shah Abbas I. Es muy ingeniosa la doble cúpula central, de 54 m de altura en el exterior y de 38 m en su interior. Esto crea bajo el centro de la cúpula, justo en su vertical, un efecto sonoro único, una especie de efecto diapasón. La persona que en éste punto pronuncie unas palabras, aunque sean dichas en un tono muy bajo, serán oídas perfectamente en toda la sala, incluso en sus puntos más alejados. En su momento marcó un hito en la arquitectura persa, y su original diseño fue copiado en la construcción de numerosas bóvedas en todo el mundo.
A partir de unos dos metros de altura, toda la mezquita está revestida en azulejos pintados en tonos blancos, azules, verdes y amarillos.
Debo decir que la mezquita se encuentra en obras en estos momentos, y por ello la visita a la misma queda muy deslucida. En taquilla no se informa al visitante de ésta circunstancia. Mal, muy mal.

Después de la visita, comida de supervivencia en un "fast food" y a saborear un helado en ésta esplendida plaza, tantas veces mencionada en este blog, sobre la hierba..., bajo la sombra de sus árboles, viendo pasar y pasear a la gente, observando sus calesas alineadas en fila de a dos, admirando sus tiendas y el glamour que se respira en todo el recinto... ¡Me encanta este lugar!

Hossein, Jon
En el último tramo de Sadi Street, antes de acceder a la plaza Meydan-e Naghsh-e Jahan, hay varias tiendas de miniaturas, una de las muchas expresiones del arte iraní. De entre todas ellas, me ha parecido la de Hossein Fallahi la mejor, sin duda. Además de tienda también es galería de arte. No he podido marchar de este lugar sin comprar unas miniaturas de recuerdo. Me hubiera gustado llevarme más piezas, pero el precio es muy elevado, incluso para los europeos. De todas formas entiendo que esto sea así, ya que detrás de cada obra hay un trabajo importante. Antes de marchar Hossein ha querido hacerme un regalo. De su pincel, delante de mis ojos, ha dibujado un busto persa con su afilado pincel, que además me ha dedicado. Mamnoon!

Bajo el vidrio que cubre por entero la mesa de despacho de Hossein hay expuestas numerosas tarjetas de visita, entre las que he podido ver la de Toni Vives, que recaló en la tienda hace 4 días, y también la de Mohamed Ezzedine, director general de Byblos Tours (Bilbao), entre otras... Para los que pudieran estar interesados dejo aquí la posición Gps: 32.655879, 51.675405

Al finalizar el día me acerco a la tienda Joseph Carpet, para visitar a Joshein y a su hijo. No puedo ir con las manos vacías, así que compro unas cuantas cervezas sin alcohol para beber en la tienda. Me reciben con mucha cordialidad. En ese momento, están acompañados de un chico muy joven de Noruega, y de su guía iraní de nombre Alí, al que ha contratado para que le enseñe Isfahán.

Mañana es viernes y por tanto día de fiesta para los iranís. El viernes para ellos es equivalente a nuestro domingo. El caso es que hoy no he conseguido comprar los famosos pistachos iranís (que se cultivan en Kerman...) y otros frutos secos, también de gran calidad. Ha sido comentárselo a Joshein y en unos minutos estábamos de camino a una tienda de su confianza, primero en taxi y luego caminando. Así, he podido comprar productos de calidad a buen precio y solventar un problema. Gracias otra vez Joshein por tu ayuda.

Hemos regresado paseando hasta la puerta de mi hotel, frente a la que me despido de él, prometiéndole que mañana pasaré a visitarle, antes de partir para Estambul.

Después cena rápida y ligera en el restaurante del hotel. Tengo bastante lío con todo el equipaje. He de embalar todo con precisión, a fin de evitar recargos en el aeropuerto por exceso de peso en el equipaje facturado. Esto me llevará un buen rato, con toda seguridad, pero ya tengo oficio y tampoco me agobia lo más mínimo.

Un abrazo

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